Friday, October 5, 2012

26th Domingo en Tiempo Ordinaria--Ojala que todo el pueblo de Dios fuera profeta.


Ojala que todo el pueblo de Dios fuera profeta.

 

¿Crees en el amor a primera vista?  A mi me gusta a ver los jóvenes que se enamoraron a primera vista.  Cuando el muchacho se encuentra a  la muchacha por primera vez, él no puede hacer nada.  Él no se puede mover, él no puede respirar, él no puede hablar.  Él no puede hacer nada.  La muchacha quiere saber el nombre del muchacho, pero él no puede recodar su nombre.  Finalmente, cuando él esta con sus amigos, él dice: hay yai yai, ella es mi amor verdadero.  Mi corazón esta en sus manos.  Desde este momento, mi vida ha cambiado.  Nunca será el mismo. 

 

Pero, nosotros sabemos que estos sentimientos van a cambiar.  No es posible el mantener sentimientos como estos toda la vida.  Sí, es verdad que el corazón puede cambiar por siempre, pero a menudo los sentimientos cambian.  Eso es necesario para que, durante toda la vida pueda reanimar los sentimientos, y también, la relación.

 

 

 

 

 

 

Pienso que es lo mismo en nuestra relación con Jesucristo.  En el principio, en el bautismo, nuestros corazones han cambiados.  Jesús vive en nuestros corazones.  Y porque Jesús vive en nuestros corazones, nosotros estamos llamados a ser profetas, como Jesús.  Pero, después del bautismo, cuando nosotros tenemos más años, nuestra relación con Jesús calma mucho.  Los sentimientos salen.  Y en este momento es muy difícil para ser profetas de Jesús.  En esos momentos nosotros salimos de la iglesia, tenemos problemas en nuestras familias, y hacemos cosas malas.  Entonces, necesitamos reanimar los sentimientos, y también, la relación con Jesús. 

 

En la primera lectura de hoy, dos hombres con Moisés reciben el espíritu.  Y ellos pueden hacer cosas milagrosas.  Lleno de alegría, Moisés dice: Ojala que todo el pueblo de Dios fuera profeta.  Y hoy, a nosotros, Jesús nos dice lo mismo: Ojala que todo el pueblo de Dios fuera profeta.  ¿Y porqué nosotros estamos esperando?  Porque nosotros no aceptamos la llamada de Jesús, la llamada de nuestro bautismo, para ser profetas?  Yo pienso que ahora es el mejor tiempo, el tiempo perfecto, para reanimar nuestra relación con Jesús, y para ser profetas. 

 

 

 

Jorge es un profeta de Jesús.  Él trabaja  mucho durante la semana.  Y su trabajo es muy duro y le cuesta mucho.  Pero todos los fines de semana trae a su familia a la iglesia.  Él sabe que para ser un hombre, para ser machísimo, debe ser un profeta de Jesús.  Y un profeta de Jesús trae su familia a la iglesia, porque también su familia necesita a Jesús.  Él es un profeta de Jesús. 

 

Ojala que todo el pueblo de Dios fuera profeta.

 

Sasha es un profeta de Jesús.  Después de que ella ha recibido su confirmación, ella empieza a servir a las personas en su comunidad.  Ella trabaja mucho en sus clases en la escuela, y también ella todavía estudia su fe.  Ella sabe que es muy importante seguir estudiando matemáticas como lo es el estudio de la fe.  Y ella casi nunca se pierde la misa, porque ella necesita a Jesús en su vida durante este tiempo difícil y complicado.  Ella es un profeta de Jesús.

 

Ojala que todo el pueblo de Dios fuera profeta.

 

 

 

 

Y Javier e Isabela son profetas de Jesús.  Ellos están casados por muchos años.  Ellos han experimentado muchas cosas difíciles en sus vidas.  Pero, todo el tiempo, ellos regresan a Jesús y a la iglesia por apoyo.  Ellos comparten sus historias y experiencias en la fe con sus amigos que no van a misa.   Y ellos los invitan a venir a la misa.  También, ellos proporcionan comida a otras familias que no tienen suficiente comida para sus familias.  Ellos son profetas de Jesús.

 

Ojala que todo el pueblo de Dios fuera profeta.

 

Pienso que todos aquí quieren ser profetas de Jesús.  Pero a veces pensamos que no hay suficiente tiempo, o somos tan malas personas para servir Jesús, o tenemos temores para servir, o tenemos otras distracciones en nuestras vidas.  Pero Jesús nos llama ser profetas.  Y necesitamos tomar la decisión.  Y ahora es un buen tiempo para reanimar nuestra relación con Jesús.  Ahora es un buen tiempo para ser profetas.

 

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